El término Q’aqcha viene de la onomatopeya “quach quach” que es el sonido del cincel contra la roca y se refiere al primer grupo multicultural de mineros clandestinos (aimaras, quechuas, españoles, mestizos, criollos entre otros) de la Nueva España en el siglo XVIII, quienes explotaban las minas del Potosí sin el permiso de la corona, trabajando en días festivos y fines de semana, cuando los mineros oficiales debían descansar por mandato de la iglesia. La mina de Potosí, en Bolivia, fue la más emblemática del Imperio español por muchos siglos, ya que de ahí se extrajo la mayoría de la plata que se exportó de las Américas a Europa en el siglo XVIII. Es en este momento cuando estaba vigente el fenómeno artístico de las pinturas de castas cuya intención era clasificar a los presuntos grupos socio-raciales del virreinato. La aparición de mezclas como la del criollo daba pie a la discusión sobre qué era una nación: si una persona europea nacía en la Nueva España, ¿sigue siendo europeo?y si no lo es ¿cómo justificar sus privilegios?
La estructura ideológica de la época la dictaba la Iglesia, y de ella se desprende la estética de los retablos como altar portátil que usualmente contenía imágenes de los santos de la religión católica y se conecta con las reliquias, esos objetos en los cuales se introducían rastros materiales y fragmentos del cuerpo de los santos (pieles, uñas, huesos, pedazos de ropa). Para este nuevo cuerpo de trabajo, Vega Macotela decidió imprimir las pieles de los personajes que genera el software makehuman en cuero de vaca (animal traído de Europa). Las impresiones se produjeron gracias a la esteganografia, técnica digital que permite ocultar información en el interior de una imagen. El artista con la ayuda de los hackers encriptó uno de los pocos poemas que se conservan en quechua - una de las lenguas indígenas que se hablaba en Bolivia desde antes de la conquista, escrito por el Poeta andino Guamán Poma.
“Cual reflejo de las aguas, eres ilusión
Cual reflejo de las linfas, eres apariencia
Al pensar en tus ojos risueños, me quedo atónito
Al pensar en tus ojos juguetones, caigo enfermo”
Los retablos de Vega Macotela se deben recorrer por ambos lados. La acción de abrir y cerrar el retablo es fundamental como concepto, ya que, al abrirlos, pasan de ser un objeto a ser imágenes. En la parte posterior vemos la representación de unos paisajes trabajados en madera de cedro rojo, donde se aprecian los relieves geográficos de las seis minas más explotadas actualmente en el mundo: Uyuni, Baayan Obo, Bacadehuachi, Kalonge, Lubumbashi y Potosí. Localizadas en África y Latinoamérica, son explotadas para extraer los minerales utilizados por la industria tecnológica: cobalto, litio, coltán, tierras raras, etc. El “mundo digital” se construye con elementos físicos, estos minerales son los que se utilizan por parte de las grandes empresas multinacionales para construir computadores, pilas, pantallas, circuitos, procesadores, etc. Objetos a través de los cuales consumimos realidades paralelas digitalizadas, como son las aplicaciones, las redes sociales o el teatro del metaverso.
"Es cadáver, es polvo, es sombra, es nada", se podrá ver en la galería hasta el 12 de abril.