El trabajo de Héctor Zamora trasciende al espacio expositivo convencional, lo reinventa, redefine y genera fricción entre los roles comunes de lo público y privado, exterior e interior, orgánico y geométrico, salvaje y metódico, real e imaginario.
A partir de su pericia técnica y conocimiento de la arquitectura de estructuras ligeras, y un énfasis meticuloso en el proceso de conceptualización y construcción de cada pieza, Zamora cuestiona por medio de su trabajo los usos cotidianos de los materiales y las posibles funciones del espacio.